ACCEDÍ PORQUE CREO QUE SOY MUY FÁCIL

Cuando me presente a su casa me encontré en ansiedad, poco profesional, pero aún así me dije que era una sesión como cualquier otra, como las tardes de sol y de playa, me lo dije tan fuerte que ella lo noto en mis ojos; busco la forma de quitarme esa sensación.
El equipo aún en el maletín y mis manos que no podían soltarle, así que recurrí a los mordiscos para hacernos reír y separarme de sus labios. Anda que vamos a tomarte algo sensual –dije mientras colocaba el flash en 1/60– y quiero que tú te arranques los trapos, no yo. Entendió y con sonrisas tomo mi mano y me llevo hasta la habitación, no porque desconociera el camino, sino porque necesitaba la prisa, y así lo entendí.

– ¿Hace cuanto que tomas fotografía? – preguntó tirándose a la cama.
– Desde hace tres años – dije mientras me aseguraba de no haber perdido algún lente en la carrera escaleras arriba.
– ¿Y, has hecho algo así?
– ¿Te refieras a las fotografías? muchas veces.
– No me refiero a eso, me refiero a unas fotos así, como las que vas a tomarme.
– No, nunca, eres la primera y accedí porque creo que soy muy fácil.
– Yo no creo que seas fácil, pero desde que te vi supe que haríamos algo así, aunque nunca hubieras tomado fotografía – y se rió maliciosa.
– Tonta anda vamos a ver que hace esta cámara y ya después que hacemos.

Encendí música y comencé a poner algunos tri-pies con flashes en algunos lugares convenientes, ella se dejo llevar por la música, y bailo para la cámara o para mí, que en esta ocasión era lo mismo.

No he dicho como ella estaba vestida, llevaba el cabello agarrado con un lápiz, pero su rostro terso se veía hermoso aun en el desorden de nido que la coronaba, traía un vestido de una sola pieza, color vino, entallado en la cintura, pero amplio hacia abajo, seguro si hubiera viento se delinearían sus piernas en ese ligero trozo de tela, y habría más de cinco muertos en escena; su escote era normal, no mostraba más de lo necesario en lo que podría decirse un atuendo decente, lo que provocaran sus pechos era otra cosa.

La seguí con la cámara, busqué ver como se soltaba el cabello, capturar sus vueltas mientras el vestido volaba como gaviota junto al mar; danzaba como si no estuviera viéndola, o como si sabiendo que la miraba, buscara torturarme con tanta cadera y buenas piernas. Era el momento, cargue el flash a la cámara y la tome de la mano –anda que se me ocurrió algo– dije mientras tiraba de ella y escuchaba su sorpresa; entre sus risas y las mías la lleve al cuarto de baño y abrí la regadera –quieres ver que tan bien bailo entre la espuma– me dijo mordiéndome suavemente un hombro. – ¿Cómo haces para saber lo que pienso?– pregunte pero no contesto, porque ya estaba regulando la temperatura de la ducha. Lo que siguió fueron risas, y miradas acosadoras, mucha agua recorriendo su cuerpo, que de algún modo parecía apretarse en su vestido ahora transparente, logre ver sus pezones gracias a la humedad, e imaginar una humedad más calida entre sus piernas; y allá va el vestido, que se redujo a la nada lejos de su cuerpo, lejos de su piel que quemaba el agua y la evaporaba, ella riendo y arrojándome la humedad de sus manos, apretándose los senos, y yo sin darme cuenta como sostenía la cámara, riendo también, en estado de fascinación indescriptible; su cuerpo torneado, y entonces entendí porque el cambio en mi, porque aceptar una fantasía de este calibre.

Al final habría que buscar la cámara, pero no me importaba mucho en ese momento, después de que ella se quedo sin nada no hubo muchas ganas de seguir tomando fotos, yo quería tocar a esa mujer, con tanta urgencia, saborear sus pechos, morder sus piernas y escuchar sus gemidos y los míos. Con mi ropa empapada hubo necesidad de abandonar la regadera, de buscar refugio en su cama, mientras que batallaba por quitarme la ropa mojada, ella reía acariciándome, y mi ser entero sufría el suplicio de las prendas.

Hubo que amarse mucho, desprenderse de complejos y miedos, amar de una manera diferente, amar con el alma, mirar a otro cuerpo sentir lo que yo sentía, supe que no podría ser diferente, que ella me pertenecía y yo a ella. Sentí su explosión, y mi cansancio era tal que caí sobre de ella, y no pude moverme; sentirla debajo de mi, sus senos contra mi piel, su sexo entre mis piernas, era algo más, aún más que la fotografía, más que el sexo, se sentía correcto el acariciarla, recorrerla, supe qué era el amor, y tuve que hacer algunas preguntas para asegurarme de que no pisaba en el aire.

– Gabriela, ¿haces esto seguido? – pregunte mientras me tendía a su lado.
– Las fotografías, no, nunca. – dijo y se apretó contra mi.
– Me refiero a lo que paso entre tú y yo.
– Ella rió y contestó tranquila, imitando el mismo tono que yo use hace tres horas al llegar –no, nunca, eres la primera y accedí porque creo que soy muy fácil– y reímos juntas.
Sereno.

Cantares de coca / Óscar É. López

I

Agrios berridos en el encierro
escucho, suplicios, un chance, manos
y trucos añejos de lavamanos,
algunos dicen que parezco perro.

La bastarda ronquedad de un carro
nada cuece bajo el sino de unos
sencillos fanáticos de los monos,
desespera la espera del hierro.

Enuncia tristeza tamaño grande,
el aburrido drama de hermanos
y escurridizas mañas en balde.

Lamento de obsesivos enanos
quisiera decir que no es un fraude
parezco perro, pero no alcalde.

II

Esgrimir sobre la página quiero,
un soneto de pausada música,
que embalsame desde la cómica
ternura hasta el fútil desespero.

Que me converse de ella espero,
de la fría añoranza lúbrica,
de la quieta pasión hidráulica
que tienen las cadenas, gatillero.

Un pase de nariz se contonea,
como soneto la coca coloca,
como macizo el poeta deletrea,

oficios que te convierten en foca,
criatura que por el agua ondea,
porfiada mascota que se menea.

Violencia Legítima / Reyna M. Hernández

Hay temas que no se pueden dejar en el olvido y revivirlo en fechas conmemorativas; entre ellos está la violencia contra las mujeres que tienen más repercusiones en la calidad de vida, así como en los problemas sociales de lo que pensamos o nos detenemos a reflexionar en ellos.

En los últimos años se ha visto que la mayoría de los partidos políticos así como sus candidatos han tomado como estandarte la cuestión de género, prometiendo que lucharán para que la mujer viva sin violencia, se le reconozca su derecho a una vida digna. Sin embargo, estos planteamientos van más allá de una simple promesa de campaña para ganar la simpatía y votos femeninos.

Y de alguna manera el slogan que utilizan los partidos ha manchado la genuina lucha de la mujer, ya que en la conciencia colectiva lo minimizan como a que las mujeres se les da más beneficio, o que género se deduce a hablar de él o ella, niño o niña.

En el fondo los actores políticos y oficiales no se interesan por cambiar a fondo las practicas machistas y recalcitrantes, ya sea desde los tres poderes: el legislativo, judicial y ejecutivo.

La mujer continúa siendo la pertenencia y como mencionaría Simone de Beauvoir en su libro El segundo sexo, las mujeres son los otros.

En el caso de la violencia en todos sus tipos: psicológica, física, sexual y económica, los poderes se jactan que ya se ha avanzado. Que México está cumpliendo con los tratados internacionales para erradicar las agresiones contra las féminas, pues se ha llevado a la legislación mexicana las formas para castigar y hacer punibles los maltratos. Que el Judicial se va a encargar de aplicar todo el rigor de la justicia; y el Ejecutivo vigilara su cumplimiento y por supuesto en todo lo que resta de su mandato su compromiso a apoyar a las féminas, principalmente a las más vulnerables, como madres solteras, mujeres pobres, y discapacitadas.

La realidad es que las mujeres, y en general todos, seguimos pagando los costos de una sociedad machista y conservadora cómo lo es México. Y como diría Amnistía Internacional, “México es un país de doble moral ya que se dice ser un defensor de los derechos humanos pero en el país se han cometido grandes transgresiones a la dignidad humana”. Y esa situación de hipocresía también se traslada a los habitantes y a las instituciones del Estado.

El Estado se dice defensor de las mujeres, sin embargo, la normatividad que existe al respecto tiene lagunas o en su caso es letra muerta. Existe una legitimación de las agresiones contra la mujer, ya que al momento de presentar una denuncia por violencia la fémina necesita presentar golpes por que la violencia emocional no sirve para acreditar el delito.

Cuando la mujer victima de agresión levanta la querella y el ministerio público no le da la atención requerida o minimiza la situación, recibe una doble victimización. Y en caso de que prospere la Averiguación Previa, y el Juez conozca del asunto al momento de dictar Sentencia absuelve al agresor, quien generalmente es o era la pareja sentimental, por no encontrarse elementos suficientes para acreditar la violencia familiar. Y es que en las voces que reclaman justicia es muy común escuchar que seguramente el Ministerio Público o Juez querían que las dejaran casi muertas para que les hicieran caso.

Otro ejemplo más de la legitimación de la violencia es la imagen estereotipada de la mujer, así como su cosificación y/o contenido sexista en los medios de comunicación.

A los poderes se les ha olvidado reglamentar y vigilar lo que México ratificó en la Convención interamericana para prevenir, sancionar y erradicar la violencia contra la mujer "Convención de Belem Do Para” en donde se establece que el Estado debe alentar a los medios de comunicación a elaborar directrices adecuadas de difusión que contribuyan a erradicar la violencia contra la mujer en todas sus formas y a realzar el respeto a la dignidad de la mujer. Hoy se observa un contenido cada vez más denigrante de la mujer como un objeto sexual, se vende su imagen, ya que la publicidad que más vende es la que tiene que ver con sexo y mujeres. Ya sea por televisión, periódicos, revista, radio e internet.

Los medios, principalmente los de señal abierta, continúan perpetuando la imagen de la mujer sumisa, abnegada, maternal, dedicada a la vida privada, y que no puede conducir su vida a través de las decisiones propias.

Pero también a los hombres se les educó para ser los dueños, los fuertes, los insensibles, los agresores. Por eso es necesario asumir una crítica a la formación y romper con los esquemas. Pues todos pagamos los costos de la violencia familiar, la violencia de género. Se sabe que en gran medida-además de otros factores como la pobreza- la desigualdad, la violencia, engendra seres resentidos con la sociedad, niños de la calle, drogadicción, desintegración familiar, delincuencia, y el producto de esta sociedad que justifica la violencia es una sociedad violenta…como la que hoy estamos viviendo, una sociedad doble moral que finge luchar por la justicia y que al mismo tiempo es la que flagela.

Lamentos del fervoroso liberal

Por azares del destino, y más bien, al aprovechar la embriaguez de mis amigas letradas para gandulearme de sus bolsos dos o tres buenos libros, me he hecho del poemario El lamento del fervoroso liberal escrito por Miguel Ángel Muñoz Cruz publicado en aquellos días de diciembre de 1987 por mi querida Universidad Autónoma de Zacatecas en cooperación con la revista Dos Filos (fundada en 1874 por el poeta y ensayista José de Jesús Sampedro, destinada a publicar la obra de jóvenes poetas que residen en el interior de la república mexicana). Los poemas de Muñoz Cruz según los define Sampedro son rápidos, precisos, tienen una exacta dimensión: museo de lo vivo hoy, moribundo. Retazos y obsesiones circulares, tibias camorras de lo genuino y aspas: todo dosificado. No se encuentra en ellos un fervoroso liberal y sí un regocijado heterodoxo, lleno de anfetaminas, groupies a la Greta Garbo y rock. Como seguramente no encontraran en ningún lado estos poemas he decidido compartirles algunos:

DECISIÓN

Te miro,
me pareces más hermosa.
Y pensar que puedes
acabar con tantos problemas.
Pero la gente no comprendería,
nunca han sentido esta angustia.
Me dan ganas de darte un beso
y accionarte.

REFLEXIONANDO

La noche huye
con ella se van los fantasmas
aún estoy despierto
sentado en el bar
con mi realidad alterada
te sigo soñando
escucho tu nombre en círculos
surge una lágrima
después un mar
y la pregunta continua
¿por qué tuve que matarte?

¿QUIÉN TE AMA?

nunca
pude parar la lluvia
es mentira lo del Ave Fénix
de las cenizas no surge nada
cuando todo parecía normal
resultó una hipocrecia
y fue vano esperar: ¿de qué
sirvió escribir poemas?

UNA REALIDAD APARTE

Por el cristal de color
se filtraba la luz
allá la gente rendía culto
al gran pegaso
no se daban cuenta
que se mataban a sí mismos
mientras en una esquina
Pitágoras afirmaba
que su teorema era falso
y Hitler desde el cielo
dirigía un plan
para acabar con los sueños
s{olo Tú y Yo
fluíamos en un largo beso

¿DÓNDE ESTÁ EL FESTÍN QUE
NOS PROMETIERON?


Las aguas se abren
dando paso a la terrible
profecía
también los dioses fornican
todo es infinito
la muerte no tiene fin
el mundo corre al gran pantano

¿POESÍA?

Lo siento
sólo era un fantasma
y un tren
sobre una calle púrpura.

Tío Jorge y las iguanas / Sereno

(Foto por Jos)

Tengo ocho años y puedo sacar agua del pozo yo solito, además no lloro cuando me caigo del caballo o me tropiezo entre los pedregales. Ya sé sembrar el maíz y cargar a las bestias con la cosecha. En casa, cuando el petróleo se acaba soy yo el que va con Doña Matilde a rellenar el cubo. Mamá dice que Papá estaría muy orgulloso de mi, aunque no sé que tanto porque a veces me quedo dormido durante la cena.

En los días que no hay labores me gusta salir al prado a volar papalotes y los dejo ir lejos, muy lejos, pero como amarro el cordel a un carrete que sujeto de mi cinturón nunca se me va ninguno, mi tía Libertad no deja salir a mis primos; ni a volar papalotes, ni les deja hacer fiestas, los castiga si escuchan música muy alto y otras cosas. Es muy enojona. En casa de mis tíos siempre están muy serios. Antes Papá iba y traía las iguanas de con tía Libertad y tío Jorge, y se encargaba de construir más grande la casa, también cuidaba el huerto. Cuando era tiempo de ir nuevamente a conseguir iguanas hacia una fiesta y todos en la casa ayudábamos para que estuviera todo mundo alegre, de eso hace ya varios años porque ya no se hacen fiestas ni vemos llegar a Papá con las iguanas, un caballo nuevo que ni hace ruido con estéreo-amplificador y unas botas de tela hasta los talones que disque para correr.

Todo empezó una vez que Papá estaba en casa de mis tíos, y a tío Jorge se le ocurrió hacer una cerca para que ya no fuera más gente por sus iguanas, así que Papá dejó de venir, aunque siempre ha mandado iguanas para todos.

Ayer cuando miraba la huerta miré que los aguacates se siguen cayendo y las gallinas se los comen o se quedan ahí tirados, porque aunque quisiéramos no podemos comernos tantos, Mamá dice que los aguacates de tío Jorge deben estar muy chiquitos y arrugados, que por eso tía Libertad siempre anda enojada y se pelea con las vecinas de la otra cuadra, hace poco dos gallinas de tía Libertad que andaban sueltas fueron agarradas por los hijos de la señora Alejandra Caeda, que está peleada con tía Libertad. Yo estaba asomándome por la ventana que tiene hi definition cuando vi que aventaron a las dos gallinas y fueron volando a chocar contra las dos torres altas de la casa que nadie supo nunca para que sirvieran o si acaso servían. Ahí empezó todo, tío Jorge se enojo, y tía Libertad fue a pelear contra la señora Alejandra Caeda, pero ella no estaba porque estaba con sus familiares, así que le destruyeron la casa y no se que tanto mas hicieron, y es que no se ve todo por esa ventana HD.

Mamá dice que cuando sea grande mi corazón como el de todos será un papalote y que alguien va a amarrar el cordel, para que sin importar que tan lejos esté, no me pierda, así que quizá me brinque la cerca de tío Jorge para conseguir más iguanas. Yo quisiera quedarme aquí, porque Papá ya no construye en la casa, aunque tal vez un día vuelva. No me gusta lo gruñona que es tía Libertad, así que quizá yo y mi hermana Esperanza nos quedemos acá.

La ciudad y el canto luctuoso por Doña Rosa / Óscar Édgar López


I

En la ciudad moderna
teníamos una edad misteriosa,
eran nuestros ánimos
un sigiloso enterarse de la muerte
enterarse además,
del candido desencanto.
En las avenidas
ensortijados borrachos
desfallecen por
casualidades más próximas
al fracaso que al festejo,
serán millares
las que tengan despojos
de piel de humanos que solemos ser,
demasiado complejos
para tomarnos en serio

II

Doña Rosa señora de la tierra,
le dio mole y arroz a los santos
para que cuidaran
de sus doscientos
parientes fiesteros,
para que nosotros,
yo, el más hipócrita nieto,
cante su amor único de abuela
cuando recete la hierba amarga
que preparaba como hechicera
para afinar la trompeta sordina
en mi estómago,
cuando mi madre me persiga
una y otra y otra vez
con la escoba enhiesta de sus reclamos,
cada vez que borracho me detenga en seco el recuerdo:
era un reo de la alegría que saltaba a su pecho
y ella se carcajeaba y éramos esa cosa
que perdí cuando te enterraron,
no fui a tu funeral por eso Doña Rosa,
señora sagrada,
señora de la tierra,
porque me gusta pensarme
muerto y bajo el suelo, a tu lado.

Derrota




México, cuna de la impunidad

Impunidad, del latín impunitas, dícese de la falta de castigo. Este termino pareciese se reafirma constantemente en México. Por ejemplo, en 1910 se da la primera gran lucha social que tenía como finalidad derrocar al entonces presidente Porfirio Díaz. Pese al movimiento Revolucionario de hace 100 años el despotismo se mantuvo pues los vencedores y el puñado de ideales que los mantenían le quedaron mucho a deber al país, pues aquellos que tomaron el poder, corrompidos, siguieron atinando una y otra vez en los errores del pasado. Flores Magón en su cuento ¡Viva tierra y libertad!, nos lo dice mas contundente: “—¡La Revolución se ha hecho para los “vivos”, para los que quieren ser gobernantes, para los que quieren vivir del trabajo ajeno!”. Díaz y los revolucionarios pasaron a la historia, y ahí van los primeros abusivos.

En el país del sol azteca la impunidad es factor común. Ha quedado sin un castigo casos como el asesinato de Luis Donaldo Colosio, acontecido en la colonia popular Lomas Taurinas en la ciudad de Tijuana el 23 de marzo de 1994. También el asunto Marcial Maciel, fundador de los Legionarios de Cristo, acusado de pederastia en múltiples ocasiones desde 1956. Sin reprobación, y lo escribo cuando arden los adentros de mi puño, no ha tenido ninguna condena la masacre estudiantil acaecida el 2 de octubre del 68 en Tlatelolco.

El 4 de agosto la Federación Nacional de Estudiantes Técnicos, adherente al movimiento de 1968, presento un pliego petitorio que sintetizaba las exigencias de los estudiantes. Se resume en seis puntos; Libertad a los presos políticos, derogación de los artículos 145 y 145 bis del Código Penal Federal (instituían el delito de disolución social y sirvieron de instrumento jurídico para la agresión sufrida por los estudiantes), desaparición del cuerpo de granaderos, destitución de los jefes policíacos, indemnización a los familiares de todos los muertos y heridos desde el inicio del conflicto y deslindamiento de responsabilidades de los funcionarios culpables de los hechos sangrientos.

El gobierno de Díaz Ordaz, o más bien del entonces secretario de gobernación Luis Echeverria, pudo satisfacer las necesidades estudiantiles. Pero con gorilas al mando ¿Qué otra cosa podremos esperar que no sea fuerza bruta? Los de arriba pensaron que el yugo sosegador del pueblo iba escapándose al control de sus manos. Las peticiones de CNH (Consejo Nacional de Huelga) están para un par de semanas, pero la gente se nos echará encima una y otra vez cuando algún problema les aqueje. Limítalos, mándales al ejército.

El militarismo siempre ha sido una forma de legitimar a quienes están en el poder. Actualmente tenemos un ejemplo claro con lo que acontece con el líder del partido blanquiazul, Felipe Calderón, quien ya llegado a la silla presidencial, después de haber sido acusado de fraude en las urnas del 2008, ha utilizado las fuerzas armadas para certificar su presidencia llevando a cabo una guerra frontal “contra el narco”, que se traduce en la materialización del terror hacia el proletariado. Expliquemos esto, en el pueblo se infunde a través de la narcoguerra el sentimiento de tenerse limitado o sumiso ante la posibilidad de inflingir de forma alguna la ley y verse castigado severamente con una fuerza aún mayor, o bien, los individuos sienten cierta dependencia de las instituciones pertenecientes a las fuerzas armadas ya que les hace creer que están salvaguardados de posibles peligros.

La impunidad es la facilidad de delinquir tranquilamente. No se preocupe, que a usted no le harán nada, es el presidente… Llévese todo lo que quiera, al cabo cuando venga la crisis usted ya estará en Suiza leyendo su diario… No importa que las toallas cuesten tres mil pesos, es un lujo que nos paga la gente.

Impunes quedaran todos aquellos delincuentes que no sean acusados por una voz libertaria. Impunes aquellos que no sean agobiados por el peso de la conciencia. Impunes aquellos que merezcan un castigo por hacer nulo caso a las injusticias cometidas en contra del otro, en contra de nosotros mismos, por negar sencillamente la comunión humana.

Los años y la nostalgía

Me encuentro en pleno tiempo de nostalgia. Los años dorados de mis edades pubescentes cuando cursaba el 6to., semestre de la prepa y gozaba de un cuerpo ágil, los recuerdo con un gran deseo de volver a ellos. Rememoro los viejos Cd´s de rock (Black Álbum de Metallica e In Utero de Nirvana) que impulsaban mis ansias al baile violento, agresivo y masoquista. Ahora daría mucho por conseguir brincar como en ese entonces y librarla de los moretones pero ya no puedo. Extraño el Graffiti, las patinetas, las chicas que tuve y que no tuve, los amigos y la libertad que te da ser mantenido por tus padres. Fue en ese entonces cuando empecé a tener un gusto marcado por la literatura, impulsado en gran parte en dos compañeros y amigos de clase; Óscar Édgar López y Édgar Girón.

Whitman, Nabokov, Sade, Bukowski fueron los primeros maeses que leí gracias a mis camaradas, lo que me abrió la posibilidad de entrar al mundo de las letras. Éste último maestro, Charles Bukowski, o bien, Henry Chinaski como a él le gustaba apodarse, fue uno de mis autores predilectos pues me sentía identificado con su sarcástica y cruda forma de ver la vida. Intenté escribir como Buk durante las clases de Biología Celular, que era una de las más aburridas, pero no se me daba, y mejor dicho, nunca se me dio. Dentro de esa etapa bukowskiana considero que he logrado uno de los pocos textos que escribí, Nada de utopías. Pues bien, estimados lectores, les dejó aquí un par de poemas de mis buenos amigos Édgar´s y al final el mio que ya les mencioné.

Un solitario cocina
Óscar Édgar López

I

Cocinar mientras se observan programas estúpidos en el televisor
es arriesgado para la salud si considero la sensibilidad
que me aporrea todas las mañanas.
Es dañino cocinar mientras el T.v. está ahí,
sobre el refrigerador, pegado al muro.
Por ejemplo:
el lunes por la mañana había sacado de la nevera
un par de huevos, jamón y tortillas;
encendí el aparato.
En primer plano un culo apretado en látex negro,
en segundo plano unas tetas desbordándose de un escote,
en tercer plano una mirada ninfomaniaca,
¿han oído hablar de la conductora de las mañanas?,
es una rubia de tetas enormes.
Mi verga estaba tiesa pero no era todo,
estaba nervioso, como si ella estuviera en la cocina
y me ofreciera lamer sus gruesos rugosos pezones.
Lancé los huevos al suelo, el jamón, las tortillas,
el fuego en la estufa,
el café a medio preparar;
corrí a la sala, encendí el televisor grande veinticuatro pulgadas
me saqué la pinga y jalé.
Luego, como si hubiese correteado a un conejo, estaba tan cansado,
mis energías mañaneras se fueron a la chingada,
me levanté unas horas después sin ánimos de cocinar
ni de hacer cosa alguna.
Me tiré en la cama a pensar en la soledad.

II

¿A quién le parece chiste la soledad?
El llanto de un hombre es el boceto de su muerte.
Alubias en salsa de tomate chiles rellenos de papas
nada de eso me parece.
La soledad alcanza nada más para sopas instantáneas,
dos pesos de azúcar, algunos embutidos.
¿A quién le resulta gracioso un solitario?
Alguien que no ha bajado al río de la amistad y ha visto
a las barcas antiguas llevarse los cadáveres
de los colegas y las noviecitas que no tuvimos.
Un solitario que cocina se tiende al sol de la memoria maternal,
repite los movimientos de manos de un chef que alguna vez encontró,
se estira como una lagartija al calido amparo del microondas.
Y mientras mastica piensa en lo bueno de saber perder,
o se asoma por la ventana a mirar a los hambrientos
que se saben esperados por una mujer,
una madre, alguien que pone sal, aceite de oliva,
que lo sabe todo sobre cocinar para alguien.
Un solitario que cocina disfruta de las gotas de
aceite caliente que saltan de la sartén
y queman los brazos,
son caricias de la memoria.
Besos de una amante, una madre, una
abuela, el tío aquel que se murió,
la cocinera de la fonda, la prima
del compañero de la butaca,
las manos sucias de dinero de las
fritangueras de la escuela.
Un sequito de gente que sabe todo de la
sal y el aceite de oliva.
¿A quién le puede parecer una broma la
alegría
de un solitario que ha encontrado quien
le cocine?

Cumbia para Silvio
Édgar M. Girón


Ser feola verdadno es cosa fácil
hay que tomar en cuenta que se es feo las 36 horas del día
los 470 días del año
sin contar fines de semana ni días festivos.

Ser feo es como un matrimonio con escuincles latosos sin
posibilidad de mandarlos con buelita cuando
ya estás hasta la madre.

Ser feo es tener un marido barrigón que le apestan los
sobacos, las patas y el hocico
un esperpento que ya no te provoca ni, mucho menos satisface
y para ´cabarla de amolar hoy es jueves cuchichi
y por alguna razón (tal vez una leve madriza)
no puedes ni siquiera pensar en decirle:mi vida
gordito precioso
puchinguito adorado
no seas malito
mira
que me duele la cabeza.
No
los feos no tienen excusa
para ellos no hay letreritos de “Ahorita vuelvo. Fui a echar un taco”
por que cuando menos se lo esperan
se topan con miles de horrendos rostros nadando en la
mirada espesa de una mosca sobre el caldo

Los feos no tienen perdón de dios
no tienen vigilia ni cuaresma
ni la hipócrita y tierna navidad entre familia
ni siquiera el tan aclamado e infeliz año nuevo
(que es el mismopero no es igual)
Para los feos solo hay días nublados
o con mucho solo con mucha lluvia
o con mucho frió o tráfico
o si ningún camión apachurrado
y desde que nacen hasta que anochecen
todos los días de los feos tienen mucho de todo y muy poco de nada

Verás entonces a los feos parados en el camión aunque haya asientos
hasta atrás de la cola para las tortillas aunque hayan llegado primero
los verás excluidos como el diabloo en las soledad masiva igual que dios
escribiendo poemas que nadie entiende
el pájaro solitario
no tiene un color definido
o canciones de franca burla
que se mueran los feos
que se mueran los feos
que se mueran toditos toditos los feos
y para acabarla de fregar
cumbias
Mas usted habrá de cuestionarse:
¿Cómo soporta uno ser tan grotesco?
¿Cómo he logrado vivir entre los hombres con el espanto
a flor de piel y no haberme marchado desde
hace tiempo al desierto a secarme
como lagartija que soy?
Y lo más sorprendente aún
¿Por qué no aprovecho mis cualidades de humanoide
para montar un show de esperpentos
y fenómenos y darle la vuelta al mundo?
La respuesta es sencilla:
vean
vean aquí
más adentro
más a la orilla
asómense a los más recóndito de mi bolsillo y encontrarán
una mujercita pequeñita como ella sola
una mujer que es la medida de mis manos
es mía y siempre la guardo aquí por si llueve en mis días
opacos o de tormentoso sol
para sentarme en ella si no hay lugar en el camión aunque esté vació
para tener el lugar de hasta adelante siendo el último
y ni siquiera vaya a comprar tortillas
o para hojearla en el baño como el libro santo

A esa mujercita hay que tenerla siempre a la mano
o siempre en los oídos
por que uno no sabe
y de repente lo asaltan infames cumbias
o sacrosantos poemas de sor Juana
entonces sintonizamos sus trenzas en la primera gaviota habanera que veamos:
Era un hombre libre
cual solamente puedes ser libre
en este momento en este instante
y eres feliz por que eres gigante
amas a una mujer clara
que te ama sin pedir nada
o casi nada
que no es lo mismo
pero es igual

y tú te la crees
por que sabes que no es cierto
ella no te ama
ni está cantando
que no es lo mismo
por que cuando se es feo
lo que se dice un reverendo espantajo
sólo quedan a escoger tres cosas de dos únicas soluciones:
le haces una cumbia a Silvio
te pegas un tiro
o te encapuchas y te vuelves zapatista
que no es lo mismo
pero me da igual

Nada de utopías, sólo deseos realizables.
Alejandro Santiago


Quisiera chambear en Soriana,
pedirle a mi jefecita me lleve de lonche
esos chiles rellenos con huevo que tanto me gustan.
Robarme de vez en cuando unas papas
y estar contento con un salario miserable.

Salir,
montarme en mi Tsuru ´94
que luce una virgen de Zapopan al frente.
Una rolita para ella del Chente
y un par de chelas pá mí.
Ir por la vieja que conocí en el baile,
lanzarnos al mirador,
fumar un toquecito y luego el agandalle,
la despeinadita del chango,
la hora del
ya es tarde,
no te vayas,
tengo que irme.

Volver a mi casa borracho de aburrimiento,
encontrarme una esposa preocupada.
Soportar los gritos de la suegra
que me llama inútil y huevón de gala.

Nada de mariconadas,
que casarme con una princesa,
tener un castillote y un carrazo del año,
nada de París o licenciaturas en ciencias de la chingada,
nada de ponerme un pene de veintiún centímetros y la sonrisa de Colgate.

Quiero una pareja sin chiste
que me manipule y exprima el gasto.
Quiero no tener para regalos en diciembre,
que la tele sea mi mayor deleite,
irme de putas los fines de semana,
votar por la derecha,
estar crudo los lunes,
y sobre todo,
dejar de escribir.